2.11.08

El Niño Inocente de la Guardia. Comedia famosa en tres actos.



Teatro Cervantes de Alcalá de Henares, hoy convertido en un cine. Es el más antiguo que se conserva en España. Fue dedicado como Corral de Comedias en 1602, en la época de Lope de Vega y Cervantes.

Si imagináramos la historia de la industria del entretenimiento español como una gran cine y retrocediéramos en el tiempo a medida que avanzáramos entre las butacas, al llegar a la pantalla estaríamos en 1896, el año del nacimiento oficial del cine español. Pero si echáramos un vistazo detrás, tendríamos ante nosotros la visión de los carromatos y escenarios improvisados de cuatrocientos años de teatro español, con todos sus vicios, particularidades y virtudes. Además de ciertos términos (escena, secuencia…) en aquella época nació una novedad que desde el primer momento adoptó el cine: dividir una obra en tres partes, o actos, en lugar de en cinco, como se hacía en el teatro griego. Lope de Vega y Cervantes siempre pelearon por ser ellos los inventores. Aunque los dos tienen que reconocer que en España, eso se hacía desde el siglo XV. Unas cuantas generaciones de filólogos se han esforzado por escudriñar la génesis del invento. ¿Tal vez fue Lope de Rueda? ¿O quizás vino desde Italia de la mano de los poetas valencianos lo de dividir la obra en tres partes? Sería interesante plantear a los interesados en esta difícil cuestión, nuevos documentos del siglo XV. Por ejemplo, las confesiones de 8 hombres, 6 conversos y 2 judíos, que reconocieron haber matado a un niño en un ritual judío secreto. Porque ese texto de las confesiones, es el guión de un espectáculo mucho mayor, el de su juicio, que finaliza con su condena y ejecución en la hoguera el 16 de noviembre de 1491 y lleva la impronta de las tradiciones teatrales españolas. Y en cuanto a sus autores, los padres inquisidores Pedro de Villada, Juan López de Cigales y fray Fernando de Santo Domingo, conviene entender el término “autor” en el contexto de la época, donde la palabra designaba al productor. El argumento de aquel inverosímil crimen ritual era, sin embargo, lo suficientemente truculento y poderoso como para que, más de cien años después, cuando ya no quedan judíos en España, Lope de Vega lo eligiera para una de sus obras: “El Niño Inocente de la Guardia”, escrita y representada en algún momento entre 1604 y 1617.